“Al fin, a principios de esta semana, se ha conocido la resolución del TAS por el “caso Contador”. Como era de esperar, ha salido exculpado del cargo de dopaje. Ha primado la lógica y la sensatez, por encima del purismo jurídico. La ínfima cantidad de clembuterol, detectada en su sangre, ha sido la principal causa para su absolución. El corredor pinteño ha mostrado su satisfacción por la conclusión del caso de forma favorable a sus intereses”.
Estas líneas podrían haber sido
algunas de las reflejadas en cualquier medio de comunicación, si la resolución
del proceso hubiera sido otra. Pero como todos sabemos, el final ha sido otro
bien distinto.
Para empezar, el TAS es un
tribunal arbitral del deporte que actúa de diferente modo a la justicia
ordinaria. Mientras que en ésta se trata al imputado como inocente, debiéndose
demostrar su culpabilidad, en aquél se parte del laudo, es decir, de su
culpabilidad, por lo que se debe demostrar su inocencia. Ante esta tesitura,
Contador tenía todas las de perder, pues su mayor prueba( el solomillo) salió
eyectada de su organismo y los únicos que habían, supuestamente, comido el
mismo tipo de carne, no pasaron ningún tipo de control antidoping. Así que de
nada le sirvió la prueba del polígrafo ni su teoría de la contaminación
alimenticia.
¿Secuelas? Un palo muy duro para
el ciclismo, para un deporte en el que las mieles del éxito son tan efímeras
como el espacio de tiempo comprendido entre un escándalo y otro. Si cualquier
noticia relacionada con el dopaje es negativa, si incluimos en ella al máximo
referente del ciclismo actual, las consecuencias se tornan dramáticas.
¿Qué conclusiones se extraen de
todo el proceso? Muchas y variadas. Por una parte, la falta de democracia
interna en este deporte. La AMA( Agencia Mundial Antidopaje) es el órgano
legislativo pero, curiosamente, sus componentes no son elegidos por los únicos
afectados por las normas, es decir, los propios ciclistas. Sus derechos se
diluyen en un mar burocrático: federaciones, agencias, uniones… no parecen
representar sus intereses de forma fidedigna.
Por otra parte, si anteriormente
hablaba de que la presencia del dinero en el arte hacía de ello algo adulterado,
con el deporte ocurre lo mismo. ¿Quiénes son los principales beneficiados con
el dopaje? Evidentemente, en un primer plano se sitúan los propios deportistas,
por su mejora exógena del rendimiento. Y es que una mejora del rendimiento trae
consigo triunfos que podían parecer inalcanzables y, con ello, prestigio o, lo
que es más importante, suculentas mejoras salariales. La trampa siempre ha
existido y existirá, eso es obvio. Pero, ¿realmente existe tanto dopaje en el
ciclismo como parece? Sinceramente, no lo creo. Y no lo creo por una sencilla
razón: el camino de llegada es muy duro y sacrificado como para tirarlo por la
borda de buenas a primeras. Las sanciones son muy severas y, en la mayoría de
casos, no merece la pena arriesgarse (no olvidemos que no deja de ser un
trabajo).
Entonces, ¿qué sucede? Aquí es
donde sale a escena la reflexión más interesante. En un mundo sin dopaje, no
haría falta una AMA ni su séquito de laboratorios y demás especialistas en
detección de sustancias dopantes. Estos organismos se comportan como los
parásitos, viven a costa de otros. Necesitan de los casos de dopaje, como una
sanguijuela necesita de la sangre de su huésped para sobrevivir. Ellos son los
principales interesados en la cruzada contra esta lacra. Son los abanderados de
la lucha contra el dopaje pero, paradójicamente, necesitan de él para
subsistir. Y si a ellos les sumamos las
jugosas cuantías que recibe la UCI por cada caso de dopaje, ya tenemos el caldo
de cultivo adecuado para la proliferación de escándalos.
Volviendo al “caso Contador”, ¿qué
es dopaje? Se podría decir que dopaje es todo aquello que mejore el rendimiento
de forma exógena y artificial. Por lo tanto, es obvio que la ínfima cantidad de
clembuterol encontrada en su organismo no afectó para nada en su rendimiento.
Todo lo demás, son puras especulaciones. ¿Cuál es el verdadero problema? La
inflexibilidad de una norma decretada por un órgano legislativo aislado de la
realidad deportiva.
En resumen, el dopaje existe y
seguirá existiendo, como cualquier otra trampa posible. Pero no, ni mucho
menos, en la medida que nos quieren hacer ver en el ciclismo. Por otra parte, siendo
el deporte más controlado, es lógico que aparezcan más casos que en otras
disciplinas. Pero… ¿y si se hiciera lo propio en todos los demás deportes? Ahí dejo
la duda.
Si hablamos de controversia
jurídica, sería una desfachatez no hacer ninguna mención al “caso Garzón”. La
sensación de que la clase política tiene inmunidad jurídica, en muchos casos,
es palpable. Es cierto que ningún magistrado se debe situar por encima de la
ley, utilizándola a su conveniencia. Pero no menos cierto es que hubo muchas
ocasiones para condenar al juez Garzón por diversas tropelías y no se llegó a
tal extremo. Curioso que sucediera en este caso, en el que se veían envueltos
personas de cierto status político.
¿Se le debe condenar? Por supuesto, ha
cometido un delito de prevaricación y, como tal, debe pagar por él. Un juez,
por mucha reputación que tenga, no puede infringir las leyes a su antojo; debe
someterse a ellas, ésa debiera ser su función. Violó un derecho constitucional como es el
de la defensa y eso es incuestionable.
Pero el hecho de que su decisión no
tuviera amparo legal, no excluye que al final resultara acertada. A través de
las escuchas, se pudo comprobar como los abogados formaban parte de la trama y,
por lo tanto, delinquían de consuno. Su validez no debería establecerse por su
adecuación a la rigidez de la norma,
sino a la flexibilidad de las circunstancias. Sino suceden cosas tan
esperpénticas como la que nos atañe, que la justicia real no se corresponda con
la jurídica. Las escuchas demostraron la culpabilidad de unos y otros, pero al
rechazarse como prueba inculpatoria no se ha podido “demostrar” su “culpabilidad”.
Todo esto nos conduce a una
interesante reflexión. ¿Qué es la justicia? La justicia es evidente que no
significa igualdad. En todo caso, podríamos decir que representa la igualdad
ante la ley. Pero, ¿qué intención tiene esa ley? Dar a cada uno lo que se
merece, se podría decir. Pero al ser esto algo tan subjetivo y al ser las
personas que lo ejecutan entes totalmente subjetivos, se puede concluir, con
acierto, que la justicia es un ideal inalcanzable.
¿Qué es lo que conocemos,
entonces, por “justicia”? Un lodazal de normas, en las que unas y otras chocan
constantemente y que nunca dejan satisfecho a nadie. O dicho con otras
palabras: un intento artificial de otorgar lo que la naturaleza no es capaz de
hacer por sí misma. Un desatino continuo.
Igual te parece interesante este blog.
ResponderEliminarSin entender mucho de derecho, siempre me ha parecido muy claro en sus explicaciones.
En cuanto a Garzón, puf, ahí le tienes, habiendo metido a la cárcel no a una ni a dos personas torturadas, ahora está en el comité europeo de prevención de la tortura... O_o
Gracias por el enlace Nyna :).
EliminarHe leído por alto las dos entradas referentes al caso Garzón. Poco clarificador la verdad, demasiados ambages: es culpable, pero podría no serlo...
A mí el personaje me da igual, se lo dejo a los mass media. Lo que me preocupa es ver una justicia demasiado desviada de la realidad...
Joé, yo no entendí eso. Entendí que lo que había hecho estaba mal, pero que no era punible, porque no se podía demostrar que lo había hecho a sabiendas de que estaba mal...
EliminarAún así, te pasé el blog, no ya sólo por eso. Tiene una serie sobre la legalización e ilegalización de partidos muy buena.
Vamos que cuando hay un tema candente legal suelo ir a ver qué se cuenta el profe...
En cuanto a lo de la justicia. Creo que es un fiel reflejo de la sociedad que hemos construído. Si hay tanto corrupto, ¿por qué iban a salvarse los jueces, otro pie de poder?...
Esto es como cuando haces una fiesta en casa. Si no quieres tener a la policía allí, invita a tus vecinos... pues esto es lo mismo... cuando la corrupción ya se ha generalizado tanto, involucra a los jueces, aunque sólo sea con comiditas y amiguismo... si total, son ellos los que nos "regulan"...
Como te dije, lo leí de forma superficial. Seguramente me equivoque.Pero te agradezco el enlace, siempre es provechoso leer a quienes dominan una materia concreta ;).
EliminarLo de justicia... No creo que sólo sea cuestión de la podedumbre del sistema, sino que, en su origen, la justicia está equivocada. Digamos que tiene mucho de justicia retributiva y de juicio personal.