Tras
conocer la decisión del juez, en el caso Bárcenas, de retirarle preventivamente
el pasaporte para evitar una posible huida, en un nuevo episodio de esta
rocambolesca entrega por fascículos, no he podido ignorar la existencia de una
fina ironía en todo este proceso…
Y es
que mientras no nos cuesta nada permitir que abandonen el país científicos,
ingenieros y demás gente sobradamente capacitada, por no tener cabida en
nuestra sociedad… Nos esforzamos en impedir la partida de gente de dudosa
condición, como el mencionado Bárcenas. El titular de cualquier periódico bien
podría ser: “Bárcenas se queda, mientras nuestros científicos se van”.
Dentro
de poco, vislumbro un escenario en el que empezaremos a exportar personas
brillantes e importaremos mafiosos de baja estofa, para cuadrar los balances de
este país de pandereta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario