jueves, 31 de mayo de 2012

Patas Arriba: La Escuela del Mundo al Revés

 



Con esta entrada, comienzo un nuevo apartado dedicado a las recomendaciones literarias.

Hoy toca “Patas arriba: La escuela del mundo al revés” de Eduardo Galeano.
Libro que aprecio, sobre todo, por su vigencia actual. Publicado en 1998, sus denuncias sobre las malas artes del capitalismo voraz tienen, en estos momentos, mayor validez (si cabe). Narración ágil y amena por su irreverencia y agudeza, mezclada con dosis de sarcasmo e intercalada por breves anécdotas recogidas por el propio autor (ya sean de su autoría o no), representa un análisis certero de los mecanismos cruentos de este sistema. Considerada ,por algunos, obra magna de Galeano, su lectura es imprescindible para todo aquel que busca una descripción real del mundo que nos rodea.

A continuación, algunos fragmentos que he considerado oportuno mostrar:

“Modernización, motorización: el estrépito de los motores no deja oír las voces que denuncian el artificio de una civilización que te roba la libertad para después vendértela, y que te corta las piernas para después obligarte a comprar automóviles y aparatos de gimnasia”.


“Nunca nadie en la historia de América latina ha sido obligado a devolver el dinero que robó…Nunca nadie ha devuelto nada. No digo que no hayan tenido la intención: es que a nadie se le ocurrió la idea”.


“A nadie se le ocurriría mandar preso al gran capital financiero, que tiene de rehenes a muchos países del mundo y, con alegre impunidad, les va cobrando, día tras día, fabulosos rescates”.


“En la actualidad, en tiempos de democracia, los tecnócratas internacionales resultan más eficaces que las expediciones militares”.


“Una insoportable burrocracia ejerce el proxenetismo, en el sentido original del término: hace dos mil años, la palabra proxeneta designaba a quienes resolvían los trámites burocráticos a cambio de propinas”. La ineficiencia y la corrupción hacen posible que las privatizaciones se realicen con el visto bueno o la indiferencia de la opinión pública mayoritaria”.

“Al que trabaja, no le queda tiempo para hacer dinero”.

“Bertolt Brecht decía que robar un banco es delito, pero más delito es fundarlo”.


“La palabra farmacia viene de phármakos, que era el nombre que daban los griegos a las víctimas humanas de los sacrificios ofrendados a los dioses en tiempos de crisis”.

Marcos, la voz de los indígenas de Chiapas, decía al respecto de esa retirada, que asistimos al strip-tease del Estado, que se desprende de todo, salvo de su prenda íntima indispensable, que es la represión. La hora de la verdad: zapatero a tus zapatos. El estado sólo merece existir para pagar la deuda externa y para garantizar la paz social”.


Lo dejo aquí y no porque no quiera desvelar todo el contenido del libro: de eso ya se encarga nuestra realidad actual.



2 comentarios:

  1. Lo apunto, por si en un futuro próximo me sobra el tiempo y puedo dedicarlo a leer.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues pensaba que igual tú ya lo habías leído... Seguro que te encanta :).

      Siempre hay que dejar un rincón de tranquilidad para dedicarlo a la lectura literaria. Algo tan sublime debe teñir siempre nuestras vidas ;). ¡ No te ajetrees tanto!

      Eliminar