Con esta entrada, comienzo un nuevo apartado dedicado a las
recomendaciones literarias.
Hoy toca “Patas arriba: La escuela del mundo al
revés” de Eduardo Galeano.
Libro que aprecio, sobre todo, por su vigencia actual.
Publicado en 1998, sus denuncias sobre las malas artes del capitalismo voraz
tienen, en estos momentos, mayor validez (si cabe). Narración ágil y amena por su
irreverencia y agudeza, mezclada con dosis de sarcasmo e intercalada por breves
anécdotas recogidas por el propio autor (ya sean de su autoría o no),
representa un análisis certero de los mecanismos cruentos de este sistema.
Considerada ,por algunos, obra magna de Galeano, su lectura es imprescindible
para todo aquel que busca una descripción real del mundo que nos rodea.
A continuación, algunos fragmentos que he considerado
oportuno mostrar:
“Modernización, motorización: el estrépito de los motores no
deja oír las voces que denuncian el artificio de una civilización que te roba
la libertad para después vendértela, y que te corta las piernas para después
obligarte a comprar automóviles y aparatos de gimnasia”.
“Nunca nadie en la historia de América latina ha sido
obligado a devolver el dinero que robó…Nunca nadie ha devuelto nada. No digo
que no hayan tenido la intención: es que a nadie se le ocurrió la idea”.
“A nadie se le ocurriría mandar preso al gran capital
financiero, que tiene de rehenes a muchos países del mundo y, con alegre
impunidad, les va cobrando, día tras día, fabulosos rescates”.
“En la actualidad, en tiempos de democracia, los tecnócratas
internacionales resultan más eficaces que las expediciones militares”.
“Una insoportable burrocracia ejerce el proxenetismo, en el
sentido original del término: hace dos mil años, la palabra proxeneta designaba
a quienes resolvían los trámites burocráticos a cambio de propinas”. La
ineficiencia y la corrupción hacen posible que las privatizaciones se realicen
con el visto bueno o la indiferencia de la opinión pública mayoritaria”.
“Al que trabaja, no le queda tiempo para hacer dinero”.
“Bertolt Brecht decía que robar un banco es delito, pero más
delito es fundarlo”.
“La palabra farmacia viene de phármakos, que era el nombre
que daban los griegos a las víctimas humanas de los sacrificios ofrendados a
los dioses en tiempos de crisis”.
“Marcos, la voz de
los indígenas de Chiapas,
decía al respecto
de esa retirada, que asistimos
al strip-tease del Estado,
que se desprende de todo, salvo de su prenda íntima indispensable, que es la represión. La hora de la
verdad: zapatero a tus zapatos. El estado sólo merece existir para pagar la
deuda externa y para garantizar la paz social”.
Lo dejo aquí y no porque no quiera desvelar todo el
contenido del libro: de eso ya se encarga nuestra realidad actual.
Lo apunto, por si en un futuro próximo me sobra el tiempo y puedo dedicarlo a leer.
ResponderEliminarPues pensaba que igual tú ya lo habías leído... Seguro que te encanta :).
EliminarSiempre hay que dejar un rincón de tranquilidad para dedicarlo a la lectura literaria. Algo tan sublime debe teñir siempre nuestras vidas ;). ¡ No te ajetrees tanto!